Consejos para cuidarte y estar guapa

domingo, 8 de enero de 2012

CUIDADO DE LA PIEL



La piel esta básicamente constituida por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis; la primera, que es la parte superficial, consta de varias capas. En la más profunda de éstas se produce melanina o pigmento cutáneo, mientras que en las superiores se forman células que sustituyen a las que mueren al exponerse al ambiente. Asimismo, a lo largo de toda la epidermis se encuentran diversos orificios, conocidos como poros, a través de los cuales salen sudor, sebo y cabello, que cumplen labores de mantenimiento y regulan la temperatura.
Ahora bien, las cremas faciales ayudan a que el citado proceso se realice óptimamente al brindar protección, evitar la pérdida de líquidos por evaporación, limpiar a fondo y, por ende, reducir el riesgo de infecciones.
Por otra parte, es importante considerar que cualquier alteración en las estructuras cutáneas debido a factores externos o del mismo individuo puede ocasionar granos, manchas o inflamaciones. Por ejemplo, la segregación de sebo en la piel tiene como fin brindar defensa a la epidermis, pero la contaminación puede obstruir los poros que, al no expulsar sudor ni grasa dan lugar a acné.

Componentes :

Entre los ingredientes más comunes de las cremas faciales destacan los humectantes, sustancias libres de grasas cuya función primordial es ayudar a conservar adecuado nivel de agua, sobre todo en la epidermis. La mayoría protege a la piel de la evaporación de la humedad y, al mismo tiempo, restablece esta condición en la capa córnea. Otros compuestos más que contienen estos productos cosméticos son:

 •Aceite de aguacate. Humecta.
•Aceite de nuez de macadamia. Proporciona sensación aterciopelada.
 •Ácido cítrico. Regula y estabiliza la acidez de la piel.
 •Ácidos grasos. Desempeñan significativo papel en los mecanismos protectores naturales de la piel, proporcionan elasticidad al cutis y son esenciales en la función de permeabilidad.
 •Ácido hialurónico. Protege de la resequedad.
 •Ácidos láctico y frutales. Están incluidos en el grupo de los alfahidroxiácidos, los cuales se utilizan desde hace muchos años en dermatología para tratar el acné, mejorar el estado de la piel, hidratar y alisar los tejidos.
 •Agentes reengrasantes. Incluyen ácidos grasos, como linoleico, palmítico y oleico, los cuales se absorben fácilmente y compensan pérdidas de grasa inducidas por la higiene habitual.
 •Alantoína. Acelera la regeneración celular.
 •Aminoácidos. Elementos más pequeños de las proteínas que estabilizan al manto ácido de la piel (sirve de barrera contra gérmenes, bacterias y contaminación) e hidratan.
 •Bisabolol. Evita la inflamación y relaja la piel.
 •Butilenglicol. Se utiliza como hidratante cutáneo.
•Cera de abeja. Hidrata la epidermis.
 •Clorhidrato de aluminio. Disminuye la producción de sudor.
 •Coenzima Q10. Reduce los signos de envejecimiento.
 •Conservadores. Se incluyen para evitar que la contaminación microbiana altere los productos cosméticos.
 •Detergentes. Proporcionan acción limpiadora.
 •Dexpantenol. Estimula la cicatrización de heridas acelerando la formación celular, posee propiedad hidratante y antiinflamatoria, así como capacidad para fijar agua y almacenarla.
 •Farnesol. Tiene acción antibacteriana.
 •Filtros solares. Son escudo protector frente a la actividad dañina de rayos del Sol.
 •Fragancia. Enmascara los olores propios de los productos para limpieza y cuidado de la piel.
 •Glicerina. También denominada glicerol, es un agente que mantiene la piel hidratada.
 •Glicosilrutina. Conjuntamente con la vitamina E, es un complejo depurador de radicales libres.
 •Hamamélide de Virginia. Ejerce acción calmante en rostro.
•Manteca de shea. Tiene efecto emoliente.
 •Palmitato de ascorbilo. Derivado de la vitamina C y de un ácido graso llamado palmítico; tiene propiedad antioxidante.
 •Palmitato de retinol. Debido a sus propiedades regeneradora celular e hidratante se utiliza en cremas antiarrugas.
 •Polidocanol. Alcohol graso que posee propiedades anestésicas locales; se utiliza en dermatología para aliviar el prurito.
 •Sulfato de Zinc. Funge como desinfectante suave y desodorante.
 •Urea. Desempeña destacado papel en el tratamiento de la resequedad cutánea crónica.
 •Vitamina A. Se ha popularizado en su forma retinol, ya que ha demostrado ser eficaz antiarrugas y uno de los pocos activos capaces de contrarrestar los efectos dañinos del Sol sobre la piel.
 •Vitamina B. Tiene gran poder hidratante.
 •Vitamina C. Poderoso antioxidante que tiene la característica de devolver la luminosidad al cutis.
 •Vitamina E. Es otro antioxidante que ayuda a contrarrestar el envejecimiento de la epidermis.
•Vitamina F. Ayuda a reestablecer la barrera protectora de la piel.
 •Vitamina H. Estimula la producción natural de ácidos grasos, contribuyendo a dar resplandor al rostro.
 •Vitamina K. Participa en la vascularización de capilares y se usa a menudo para mejorar el aspecto de pieles con zonas enrojecidas.


La epidermis tiene un ciclo de 28 días de duración. Durante este período las células viejas suben a la superficie y mueren en ella. Para que el cutis tenga un aspecto aterciopelado, terso y luminoso, lo mejor es retirar las células muertas y dejar paso a las más jóvenes. Las cremas exfoliantes se aplican sobre un cutis limpio y libre de maquillaje, efectuando suaves masajes circulares, utilizando tan sólo las yemas de los dedos, para potenciar el efecto de arrastre. Seguidamente se retira el producto con agua tibia y, se tonifica la epidermis con un buen tónico. Esta operación es mejor realizarla por la noche antes de acostarse, y a continuación aplicarse la crema nutritiva habitual o hidratante. Mientras se duerme la actividad celular aumenta.

Para conocer qué tipo de piel poseemos podemos recurrir a un sencillo test:
1.-Permanezca por un lapso de 3 a 5 horas sin higienizarse el rostro ni aplicarse cremas.
2.-Tome un pañuelo descartable de papel tissue y córtelo en pedazos de aproximadamente 5 cm. de lado.
3.-Coloque un fragmento en la frente, otro sobre la nariz, uno en cada mejilla y por último uno en el mentón (barbilla).
4.-Presione suavemente sobre cada papel y retírelos de su rostro.
5.-Obsérvelos: Si su piel es normal, sólo quedan marcas ligeras en el papel, si su piel es seca no habrá huellas en lo absoluto, por el contrario, si su piel es grasa quedarán manchas aceitosas que persisten, las manchas de sudor desaparecen cuando se seca el papel.
Es de remarcar que también podemos hallar un cutis mixto, con frente, nariz y mentón grasos y las mejillas con piel normal o seca.
Al margen de la variada gama de productos a los que podemos recurrir fácilmente con sólo entrar a una perfumería, podemos darle a nuestra piel ciertos cuidados que son de gran ayuda en el intento de mantenerla saludable y bella.


Las limpiezas de cutis son indispensables para mantener la piel joven, suave y aterciopelada. Una limpieza de cutis a fondo en manos de una profesional, una o dos veces al año, dejará la piel en perfectas condiciones para afrontar los cambios de tiempo, la polución de las ciudades o diferentes problemas del medio ambiente. El resto del año podemos realizar limpiezas de cutis nosotras mismas de forma regular –cada 15 días, si la piel es normal o seca, y una vez a la semana si la piel es grasa o con problemas- para mantener el rostro bello.

A los 40

La piel se vuelve más fina y áspera en algunas zonas y los rasgos comienzan a marcarse más profundamente.

Las arrugas se hacen más profundas y numerosas; los tejidos se distienden y la piel comienza a perder tono, vitalidad y firmeza.

Los cuidados deben empezar a ser más intensivos. Diariamente usar una crema de noche que contribuya a aumentar la elaboración de las fibras de elastina y colágeno y una vez a la semana, aplicar una mascarilla reafirmante.

Empezar a utilizar cosmética activa. En el mercado hay una gran variedad de fórmulas antiedad y ampollas de cuidados intensivos, así como cremas regeneradoras.


Entre los ingredientes más comunes de las cremas faciales destacan los humectantes, sustancias libres de grasas cuya función primordial es ayudar a conservar adecuado nivel de agua, sobre todo en la epidermis. La mayoría protege a la piel de la evaporación de la humedad y, al mismo tiempo, restablece esta condición en la capa córnea. Otros compuestos más que contienen estos productos cosméticos son:
 •Aceite de aguacate. Humecta.
•Aceite de nuez de macadamia. Proporciona sensación aterciopelada.
 •Ácido cítrico. Regula y estabiliza la acidez de la piel.
 •Ácidos grasos. Desempeñan significativo papel en los mecanismos protectores naturales de la piel, proporcionan elasticidad al cutis y son esenciales en la función de permeabilidad.
 •Ácido hialurónico. Protege de la resequedad.
 •Ácidos láctico y frutales. Están incluidos en el grupo de los alfahidroxiácidos, los cuales se utilizan desde hace muchos años en dermatología para tratar el acné, mejorar el estado de la piel, hidratar y alisar los tejidos.
 •Agentes reengrasantes. Incluyen ácidos grasos, como linoleico, palmítico y oleico, los cuales se absorben fácilmente y compensan pérdidas de grasa inducidas por la higiene habitual.
 •Alantoína. Acelera la regeneración celular.
 •Aminoácidos. Elementos más pequeños de las proteínas que estabilizan al manto ácido de la piel (sirve de barrera contra gérmenes, bacterias y contaminación) e hidratan.
 •Bisabolol. Evita la inflamación y relaja la piel.
 •Butilenglicol. Se utiliza como hidratante cutáneo.
•Cera de abeja. Hidrata la epidermis.
 •Clorhidrato de aluminio. Disminuye la producción de sudor.
 •Coenzima Q10. Reduce los signos de envejecimiento.
 •Conservadores. Se incluyen para evitar que la contaminación microbiana altere los productos cosméticos.
 •Detergentes. Proporcionan acción limpiadora.
 •Dexpantenol. Estimula la cicatrización de heridas acelerando la formación celular, posee propiedad hidratante y antiinflamatoria, así como capacidad para fijar agua y almacenarla.
 •Farnesol. Tiene acción antibacteriana.
 •Filtros solares. Son escudo protector frente a la actividad dañina de rayos del Sol.
 •Fragancia. Enmascara los olores propios de los productos para limpieza y cuidado de la piel.
 •Glicerina. También denominada glicerol, es un agente que mantiene la piel hidratada.
 •Glicosilrutina. Conjuntamente con la vitamina E, es un complejo depurador de radicales libres.
 •Hamamélide de Virginia. Ejerce acción calmante en rostro.
•Manteca de shea. Tiene efecto emoliente.
 •Palmitato de ascorbilo. Derivado de la vitamina C y de un ácido graso llamado palmítico; tiene propiedad antioxidante.
 •Palmitato de retinol. Debido a sus propiedades regeneradora celular e hidratante se utiliza en cremas antiarrugas.
 •Polidocanol. Alcohol graso que posee propiedades anestésicas locales; se utiliza en dermatología para aliviar el prurito.
 •Sulfato de Zinc. Funge como desinfectante suave y desodorante.
 •Urea. Desempeña destacado papel en el tratamiento de la resequedad cutánea crónica.
 •Vitamina A. Se ha popularizado en su forma retinol, ya que ha demostrado ser eficaz antiarrugas y uno de los pocos activos capaces de contrarrestar los efectos dañinos del Sol sobre la piel.
 •Vitamina B. Tiene gran poder hidratante.
 •Vitamina C. Poderoso antioxidante que tiene la característica de devolver la luminosidad al cutis.
 •Vitamina E. Es otro antioxidante que ayuda a contrarrestar el envejecimiento de la epidermis.
•Vitamina F. Ayuda a reestablecer la barrera protectora de la piel.
 •Vitamina H. Estimula la producción natural de ácidos grasos, contribuyendo a dar resplandor al rostro.
 •Vitamina K. Participa en la vascularización de capilares y se usa a menudo para mejorar el aspecto de pieles con zonas enrojecidas.


Elegir las cremas faciales más adecuadas no representa mayor problema porque los envases o etiquetas de estos productos señalan en que tipo de cutis deben aplicarse; sin embargo, distinguir el tipo de piel de cada persona requiere un poco más de información:
 •La piel seca se caracteriza por tener poros cerrados, carecer de brillo, contener escamas en algunas zonas y presentar sensación de tirantez después del aseo.

•Por su parte, la denominada mixta incluye poros dilatados y brillantez en ciertas regiones, como la conocida "zona T" (frente, nariz y barba); el resto del rostro generalmente tiene cutis seco o normal.
 •El cutis graso presenta poros totalmente abiertos, tono rojizo en ciertas zonas, brillo excesivo y barros y espinillas.
 •A su vez, la piel normal tiene apariencia tersa y ligeros signos de resequedad.

Cabe destacar que los rostros demasiado sensibles también necesitan humectantes hipoalergénicos y con factor de protección solar, a fin de bloquear la acción dañina de la luz del Sol y, en algunos casos, para evitar el oscurecimiento cutáneo, pues las radiaciones del "astro rey" estimulan la formación de melanina.
Asimismo, no sólo la exposición al Sol reseca al cutis, pues otro tanto podemos decir del frío: en épocas invernales o en caso de trabajar en oficinas con aire condicionado se debe mantener hidratada la piel, pues la falta de agua ocasiona que la epidermis pierda su elasticidad y luzca opaca, de modo que pueden aparecer fisuras, fenómeno conocido comúnmente como piel partida. Ello no sólo ocasiona molestias, sino que representa la posibilidad de que hongos, bacterias o virus se establezcan en el organismo ocasionando infecciones.



CARACTERISTICAS DE PIEL NORMAL

La piel normal, denominada también con el nombre de “eudérmica”, suele o tiende a tener un aspecto de piel flexible, tersa, fina y ciertamente suave, siendo similar al tacto –por ejemplo-, a la de un niño.
Su aspecto sano, natural y agradable pone en evidencia que existe en este cutis una buena circulación sanguínea, presentando unos poros diminutos, muy cerrados, algo que impide la formación de espinillas o absolutamente cualquier otra clase de impurezas.
El cutis normal es propio de aquellas personas que poseen un funcionamiento glandular correcto, un metabolismo equilibrado y un sistema circulatorio regular.
No tiende ni a ser ni muy grasa ni muy seca, aunque es ligeramente grasienta en la barbilla y en la nariz por regla general.


CREMA FACIAL HIDRATANTE AUTOBRONCEADORA
Casi a la par que el bronceado se tornaba en símbolo de belleza, comenzó la desesperada lucha por no perderlo durante los meses invernales. Fruto de ello y entre otros inventos aparecen los autobronceadores. Es en los últimos años con la evolución de la cosmética y la toma de conciencia de los efectos nocivos de la sobreexposición al sol cuando se perfeccionan las propuestas y aparece, entre otras, la crema facial hidratante autobronceadora.



A diferencia de los autobronceadores de antaño, la combinación de hidratación con cantidades limitadas de bronceante permite un proceso gradual en el cual seremos nosotros quienes controlaremos la cantidad deseada de moreno artificial que aportamos a nuestro rostro. Y esta es una de las grandes ventajas de una crema facial hidratante autobronceadora; la posibilidad de decidir, evitando así aquellos experimentos casi de comedia de tiempos pasados.



Encontrarás en el mercado una enorme variedad de este producto con lo cual y habida cuenta de que, como hemos dicho se trata de un bronceado gradual, podrás cambiar de un color a otro si no te convence el primero…pero tampoco te pases, el cambio constante de producto puede lograr efectos no deseados en el color final.



Lo cierto es que una crema facial hidratante autobronceadora es una buena elección para aquellas personas que no quieran  exponerse en demasía al sol o deseen mantener un tono bronceado en su rostro durante los meses del año en que los baños de sol resultan imposibles.

CREMA FACIAL PARA PIEL GRASA
A la hora de utilizar una crema facial para piel grasa, debes tener en cuenta que lo más probable es que tengas que tratar sobre todo la llamada zona T de la cara; ya sabes, frente nariz y barbilla.

También debes tener en cuenta que todos los cambios de alimentación, hormonales o estrés, favorecen la estimulación de las glándulas sebáceas de nuestro cutis que producen grasa hasta los folículos de la piel.

Por ello y si nuestra piel es grasa no solo debemos aplicar una adecuada crema, debemos aplicar también una higiene muy alta en nuestro cutis para no provocar que ese exceso de grasa se complique con la aparición de puntos negro o espinillas.

Algunos consejos validos para tus hábitos en este caso son llevar una dieta equilibrada con verduras y frutas incluidas y el descanso para que la piel se pueda regenerar, ambas cosas comunes a la mayoría de los tratamientos de belleza.

Son recomendables cuando la piel de nuestro rostro es grasa los peelings  para que la suciedad y los ataques de la polución no incidan más en los problemas que nos genera al obturar los poros por los que surge la grasa.

Cualquier crema facial o producto que uses para este tipo de piel no deben de tener aceites ni ser excesivamente untuosos ya que provocarían el efecto contrario al buscado al engrasar nuestro cutis en demasía, vigila esto, ya que a veces tendemos a comprar productos más por lo que creemos que hacen que por la utilidad real de los mismo.


Para ayudar a controlar y combatir la piel grasa, se debe elaborar una mascarilla con los siguientes ingredientes 1 clara de huevo, 1 taza de agua, 1 tomate maduro, 1 cucharada de levadura de cerveza y 3 hojas de laurel seco.
Se debe preparar una infusión con el laurel y el agua. Cuando el agua hierva, se retira del fuego, se añade las hojas de laurel y se deja reposar hasta que se enfríe.  Luego se monta la clara a punto de nieve, se pela y tritura el tomate y se agrega.  Por último, se incluye en la mezcla la levadura y 2 cucharadas de la infusión de laurel y se remueve todo bien. 

Otros factores que también alteran algunas funciones de la piel son los cambios hormonales que se presentan en la pubertad y adolescencia, ya que desencadenan la aparición de acné debido a sobreproducción de sebo que, junto con la acción de bacterias, origina obstrucción de los poros. Si bien es poco lo que puede hacerse para que este problema desaparezca, es posible mantener higiene adecuada con jabones, cremas y soluciones especiales que aminoren los síntomas, productos que se encuentran en diversas presentaciones y con indicaciones específicas para cada tipo de piel, por ejemplo, las siguientes:
 •Cutis normal. Constituida por humectantes y emolientes que regulan la humedad de la piel.
 •Cutis seco. Proporciona hidratación y humectación profunda.
 •Cutis graso. Hidratan y disminuyen la cantidad de secreción sebácea en epidermis.
 •Hipoalergénica. Tiene la misma apariencia que las comunes, pero sus componentes neutros no irritan la piel.
 •Nutritiva. Conserva en buen estado al cutis al restituirle aquellas sustancias de las que se tiene deficiencia.
 •Nutritiva con colágeno. Mantiene el rostro suave, terso, liso y elástico, factores que retrasan la aparición de arrugas.
 •Nutritiva con lisados embrionarios. Alimenta profundamente a la piel al aumentar el intercambio respiratorio de tejidos y al favorecer la regeneración de los mismos.
 •Nutritiva con nanósferas. Sobrecarga al rostro con compuestos activos que se liberan progresivamente con el fin de responder a sus necesidades minuto a minuto y durante todo el día.
 •Antiarrugas. Humecta y suaviza la piel, pero contiene elementos adicionales que tensan sus capas más superficiales, con lo que atenúan finas arrugas y proporcionan brillo natural al cutis.
 •Antiarrugas con líquido amniótico. Este fluido posee propiedades regeneradoras y rejuvenecedoras, ya que combate la flaccidez.
 •Con filtro solar. Protege de la acción nociva de los rayos ultravioleta, causantes de envejecimiento prematuro, manchas y cáncer.
 •Con alfahidroxiácidos. Estimula a las células muertas en la superficie de la piel y dentro de los poros, de manera que pueden desprenderse con mayor facilidad, lo que permite lucir cutis con textura más suave y color uniforme.
 •Limpieza. Elimina impurezas superficiales provenientes del medio ambiente, a la vez que retira grasa excesiva y humecta.
 •Exfoliante. Mejora la textura de la epidermis al despojarla de células muertas, puntos negros y espinillas.
 •Hidratante. Facilita la retención de agua en la piel, además de que la humecta y protege durante todo el día.
 •Humectante. Devuelve a la piel su lozanía, ya que mantiene el nivel de humedad necesario y forma delgada película que impide la pérdida de líquido.
 •Humectante con colágeno. Su fina textura y rápida absorción constituye insustituible aliado en el cuidado diario de la piel, además, posee doble efecto cosmetológico, ya que humecta, nutre y permite el maquillado.
 •Vitaminada para el día. Ofrece protección durante 12 horas y tiene acción emoliente, antioxidante, humectante y preservadora.
 •Vitaminada de noche. Nutre y defiende a la piel de contaminantes, posee propiedades antioxidantes, hidratantes y regeneradoras.
 •Vitaminada y reafirmante. Devuelve al cutis su elasticidad pérdida, además de reestructurar tejidos, desmanchar, humectar y nutrir al rostro.
 •Contorno de ojos. Reconstituye la elasticidad de la piel de esta delicada zona al conservar los niveles de humedad necesarios para retardar la aparición de las líneas de expresión.

Hay productos que complementan la benéfica acción de las cremas, los cuales retiran impurezas, restos de maquillaje, disminuyen el brillo facial y permiten que el cutis conserve su lozanía, entre ellos se encuentran:
 •Gel desmaquillante. Recomendado para piel grasa, deja sensación de frescura en el rostro.
 •Leche desmaquillante. Emulsión de aceite en agua indicada para cutis normal o seco.
 •Loción facial. Fórmula cuya acción pueden ser exfoliativa, astringente, humectante y desengrasante.
 •Loción para cutis con acné. Posee propiedades antiinflamatorias y antisépticas, y controla la actividad sebácea.
 •Loción refrescante humectante. Permite combatir la resequedad de la epidermis y, al mismo tiempo, atenúa el enrojecimiento.
 •Tónico. Actúa sobre los poros reduciendo su tamaño temporalmente y retira restos de suciedad y grasa que hayan quedado después de la limpieza.

Mantener en buen estado el cutis hoy es más fácil, ya que la industria cosmética pone al alcance sinnúmero de productos específicos a cada problema, por ello, no hay pretexto para descuidarse.






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