El responsable de la piel seca es generalmente el funcionamiento deficiente de las glándulas sebáceas que no generan suficientes fluidos para mantener lubricada la epidermis, por lo que muchas veces se muestra con irritación, escamas y grietas. También la incorrecta alimentación puede incidiren este problema especialmente cuando existe falta de zinc y vitaminas.
Para mantener la piel en buen estado general y prevenir o reducir las arrugas, nuestra piel necesita los cuidados adecuados, ya que por ser uno de los órganos más delicados del cuerpo, puede verse afectada por factores externos como el sol, el viento o el frío, lo que hace necesario utilizar diariamente cremas y protectores solares formulados para reducir o evitar daños mayores.
Existen infinidad de tratamientos para mantener la piel en condiciones óptimas: la limpieza diaria, la hidratación adecuada y la protección solar son de fundamental importancia.
Los humectantes funcionan bien para tratar la piel reseca. Elija un humectante que sea hipoalergénico; el rótulo de éste lo debe decir. Esto significa que es menos probable que este tipo de humectante le ocasione una reacción alérgica en su piel.
Los mejores humectantes también son los más pegajosos. Los ungüentos (o aceites) son lo mejor, seguidos de cremas y luego de lociones.
Póngase un humectante en la piel tres a cuatro veces al día. Póngase el humectante justo después de mojarse o bañarse. Esto atrapará la humedad del agua.
Si usted tiene manos demasiado resecas, póngase petrolato (un nombre de marca: Vaseline) en las manos antes de irse a dormir a la noche y duerma con sus manos cubiertas por guantes forrados en material de algodón.
Cambiar sus hábitos al bañarse también le puede ayudar. Si usted se baña con mucha frecuencia esto le podría resecar la piel. Trate de tomar baños cortos con agua tibia en la bañera, o duchas.
Los baños con avena pueden calmar la piel reseca. Use un jabón suave todos los días para limpiar su área genital y sus axilas. Use jabón en otras partes de su cuerpo sólo dos o tres veces por semana.
Algunas personas usan aceites de baño para ayudar a que su piel se reseque menos. Sin embargo, estos aceites pueden hacer que el piso de su bañera sea resbaladizo. Para evitar resbalarse y caer póngase el aceite en la piel después de salir de la bañera.
El aceite común para bebé funciona bien.
Piel seca es un problema común y frustrante para muchas personas. Piel seca en la cara puede ser especialmente irritante y puede conducir a la vergüenza y a veces dolor. Enrojecimiento y descamación son problemas comunes para los enfermos de parentesco secos.
1- Aceite de oliva es sorprendente para cualquier tipo de piel! Hidrata y equilibra la humedad y se pueden usar en la piel seca y pelo! Simplemente suavizar el aceite de la zona afectada y prepárate sentir gloriosa! Este es el mismo aceite de oliva que se utiliza para cocinarlo si no se siente cómodo con bastante aún de ponerlo en su cuerpo, tratar de incorporar más en sus comidas, junto con otros ácidos grasos esenciales, como las nueces y aceites de pescado.
2- Almendra, aguacate y aceite de coco son otros aceites beneficiosos que se pueden utilizar de la misma manera.
La miel es un gran humectante. Llama la humedad en la piel, ayudando a la hidratación, suavizar y suavizar la piel. También es un poderoso antioxidante, la lucha contra los radicales libres que causan el envejecimiento prematuro. Lo suave en áreas de la piel seca y dejar en por lo menos diez minutos antes de enjuague con agua tibia.
3- Avena es ideal para uso como un limpiador o una máscara facial.
Para utilizar harina de avena como un limpiador facial, mezclar un poco de aceite de oliva en 1/2 taza de avena de terreno hasta obtener la consistencia deseada. Masaje suavemente en la cara. Enjuague minuciosamente.
Harina de avena cocida puede aplicarse a la cara como una máscara hasta secos. Avena también puede mezclarse con yogur para agregar propiedades humectantes extra. Añadir 2 cucharadas de yogur a 1/2 taza de harina de avena y aplicar a la cara como una máscara. Dejar en unos diez minutos hasta enjuague.
La hidratación es un patrimonio esencial de la piel que hay que conservar, cuidar y enriquecer continuamente para que ésta se mantenga joven, suave y flexible por más tiempo. Es, sin lugar a dudas, el artífice de la vitalidad y belleza cutáneas.
La hidratación es un factor esencial en el mantenimiento de la juventud y vitalidad de la piel en cualquier época y edad. Por ello, se debe conocer en profundidad el funcionamiento de los mecanismos de hidratación de la piel para comprender cómo y por qué se deshidrata y la necesidad de aportarle dosis extras de hidratación.
Al igual que el cuerpo está compuesto por un 70% de agua, este elemento es también el que tiene una presencia dominante en la piel. El agua es, en cierto modo, la llave de la vitalidad y la belleza de la piel. Por ello, cuando la cantidad de agua es insuficiente la capa córnea pierde elasticidad y experimenta una sensación de tirantez, fenómeno al que se alude, generalmente, con el térmico “piel seca”. En cambio, una piel correctamente hidratada es suave, flexible y ofrece un aspecto joven y resplandeciente.
Una piel saludable es aquella que mantiene unos niveles de concentración hídrica idóneos. La presencia de agua en la dermis y epidermis favorece el conjunto de las reacciones mitóticas de regeneración de las células cutáneas, que contribuye a su vez en la renovación de nuestra piel. Una óptima concentración hídrica es determinante también para la flexibilidad de la piel y, como consecuencia, para la prevención de la aparición de las arrugas de expresión que se produce con la edad y para la cicatrización de pequeñas heridas.
La deficiencia en la ingestión de agua a lo largo del día o los problemas hormonales inciden negativamente en la asimilación y fijación del agua en la piel. Esta escasez se manifiesta rápidamente en la superficie cutánea a través de mensajes inconfundibles como son la piel seca o la tendencia a la irritabilidad.
La piel pierde agua en dos formas: por la transpiración, que es un fenómeno activo provocado por las glándulas sudorosas para regular la temperatura de la piel, y a través de una pérdida inapreciable, que se produce como resultado de la evaporación pasiva del agua a través de la epidermis. Esta evaporación, aunque comporta una pérdida menor que la que se produce con la sudoración, puede ser también importante.
Esto se debe a que la piel contiene unas partículas llamadas keratinocitos, que se mantienen unidas a través de una especie de “cemento” –compuesto mayoritariamente por proteínas y lípidos dispuestos a modo de láminas--, a través del cual se abre paso el agua.
Por eso, cuanto más denso y cohesionado sea este tejido, mayores dificultades tiene el agua para pasar y de evaporarse en la superficie. Este mecanismo es lo que se conoce como efecto barrera de la epidermis. En todo este proceso, hay que destacar la importancia de los lípidos, ya que son ellos (en concreto, los cerámidos) los que más contribuyen a que el “efecto barrera” impida la evaporación del agua.
Las personas con diabetes pueden experimentar pequeños problemas en la piel. Estos problemas pueden ser incómodos, pero la mayoría no son peligrosos para su salud. Manteniendo el nivel de glucosa en la sangre bajo control es posible prevenir la aparición de los problemas en la piel.
Los problemas en la piel relacionados con la diabetes incluyen:
1. Piel Seca: Los niveles elevados de glucosa en sangre incrementan la pérdida de fluidos, por lo que la piel se empieza a resecar. La piel seca se puede cuartear, abrir o descamar facilitando el paso de las bacterias y los gérmenes al interior del cuerpo pudiendo causar infecciones.
2. Piel gruesa (especialmente en las manos), esto se debe a los cambios en el colágeno de la piel. No existe ninguna importancia clínica para este problema.
3. Uñas, palma de las manos y planta de los pies amarillentos: se cree que esto se deba a que las moléculas de azúcar se unen a las proteínas en el torrente sanguíneo.
4. Enrojecimiento de la cara y manchas cafés en las piernas: Ambos problemas se deben al engrosamiento de las paredes capilares y el incremento en la viscosidad de la sangre.
4. Infecciones por levaduras: Estas infecciones ocurren en áreas húmedas, como el área entre los dedos y el área genital.
5. Infecciones por hongos en las uñas: Las uñas empiezan a volverse amarillas y gruesas. Se pueden llegar a cuartear o romper. Este tipo de infección necesita ser tratada con medicamentos prescritos por un médico.
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