Aplicación de la presoterapia antes y después de la Liposucción
Desde el comienzo de la utilización de las técnicas de liposucción, ha habido una evolución cualitativa muy considerable con la utilización de diversos tipos de cánulas, infusores de anestesia, sistemas motorizados de succión y ablación, ultrasonidos, y otros métodos.
Se utiliza una prenda de compresión para actuar como soporte durante un periodo que oscila entre 2 y 4 semanas.
Se recurre, en algunos casos, a enviar al paciente a otro centro diferente al centro o consulta donde se le ha realizado la intervención, para que establezcan allí una pauta de drenaje linfático manual y, en otros casos, de masaje "placebo"; con lo cual el especialista que ha realizado la intervención pierde una buena parte del control sobre el resultado final de la misma.
Desde esta situación, derivó el planteamiento de controlar el post-operatorio de los pacientes de liposucción, incorporando una tecnología que completara el resultado estético y resolverá los problemas que se daban en algunos casos en cuanto a alteraciones microcirculatorias
Dentro de las contraindicaciones de la terapia están que no puede ser utilizada por personas con marcapasos, enfermedades cardiovasculares, inflamaciones agudas, fiebre, trombosis (coágulo de sangre en el interior de un vaso sanguíneo, causante de paros cardiacos) y tromboflebitis (inflamación de una vena superficial por un coágulo de sangre), presión alta o baja seria y tumores cancerígenos. Puede ser empleado por embarazadas siempre y cuando se les aplique sólo en las piernas.
En definitiva, mejora los resultados no sólo en el aspecto estético sino en más importante, en el clínico y funcional. Cuando tratamos pacientes obtenemos una mejora cualitativa.
En la fase Pre-liposucción:
Aumento de la hiperemia tisular debido al masaje profundo.
Mejora de la calidad de los tejidos que están involucrados en la liposucción debido a la eliminación de toxinas derivadas del drenaje y la hiperemia.
Mejora en la coherencia del depósito graso, lo cual facilita su eliminación y la regularidad de los bordes.
En la fase Post-liposucción:
Eliminación de líquidos resultantes de la intervención, resultando una mayor regularidad en los contornos de las zonas operadas.
Mayor adherencia de la piel y el tejido celular subcutáneo con mejoría evidente de la recuperación.
Restablecimiento de la microcirculación superficial afectada por la intervención.
Prevención del riesgo de pequeños trombos venosos y su dispersión.
Disminución (en muchos casos a la mitad) del tiempo de soporte elástico.
La cavitación es una técnica que permite la eliminación de una forma selectiva, no invasiva y segura de la celulitis.
Esta técnica indolora proporciona resultados inmediatos que se pueden observar desde las primeras sesiones.
La línea de productos CAVISLIM permite, gracias a sus numerosas posibilidades de programación, la eliminación de la celulitis y la piel de naranja de una forma efectiva y segura, ya que cada zona y tipo de celulitis necesita una forma diferente de tratamiento.
La posibilidad de elegir entre modo pulsado o continuo y sus diferentes niveles de potencia nos proporcionarán unos resultados comparables de los que podría obtener de la mano de una sesión de cavitación en una clínica de estética.
Los avances tecnológicos en Medicina han permitido usar los ultrasonidos a baja frecuencia para la reducción de la adiposidad localizada, muchas veces conocida más por los populares nombres de cartucheras, michelines o papada.
Esto también ha hecho que cada vez sean más populares nombres como el de la cavitación o ultracavitación. Las ondas ultrasónicas a baja frecuencia tienen varios efectos útiles para combatir los acúmulos grasos. Se produce lipólisis de los ácidos grasos de los adipocitos (células cargadas de grasa), debido a un fenómeno conocido como cavitación estable, y un aumento en la permeabilidad celular de los adipocitos. Se obtiene un aumento de la fluidez de los triglicéridos. Además, se produce una ruptura de las fibras a través de una acción mecánica (“jet stream”). Finalmente, parte del contenido de los adipocitos es metabolizado por el hígado y eliminado por vía urinaria, por lo que siempre se recomienda beber agua en abundancia tanto el día del tratamiento como los días posteriores.
Estos tratamientos se aplican en zonas corporales pequeñas y localizadas pero, aunque puedan parecer superficiales, no están exentos de riesgos.
La cavitación ultrasónica puede considerarse como un tratamiento alternativo a la liposucción quirúrgica, la cual puede resultar más o menos agresiva según se realice con o sin láser, y en zonas más o menos extensas.
Los ultrasonidos permiten, de hecho, evitar el quirófano y evitar la anestesia, pues el procedimiento es indoloro y se puede realizar en la consulta médica. Pero no todo son ventajas.
No es una técnica que se pueda aplicar alegremente a cualquier persona, sino que conviene siempre realizar un examen médico y una historia clínica completa.
Así existen contraindicaciones para usar aparatos de cavitación para el tratamiento de la grasa localizada.
Entre dichas contraindicaciones, absolutas o relativas según el caso individual, se encuentran la insuficiencia renal, la insuficiencia hepática, el llevar un marcapasos u otros dispositivos electrónicos, el embarazo, la lactancia, la hipertrigliceridemia, la hipercolesterolemia, etc.
También es importante extremar el cuidado cuando hay órganos vitales cercanos, e incluso evitar ciertas zonas (en función de la potencia de los aparatos usados), pues se pueden producir daños en el tiroides (cuando los tratamientos se realizan en el cuello) o en los ovarios (cuando se trata la zona abdominal).
Por tanto, no todo está en el uso de equipos cada vez más potentes y, como es lógico, con mayor riesgo potencial, sino que hay que adaptar la potencia y la profundidad del tratamiento a la localización anatómica de la zona a tratar y a la cantidad y estructura del panículo adiposo de cada persona.
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